En las frías noches de invierno, cuando el viento golpea los árboles y la luna oculta su presencia, Anabel tiembla, siente como su corazón, con hilo de seda, va tejiendo una muerte.
Anabel, no teme a la luna fría, ni a la luna de nieve, ni los aullidos de la luna del lobo, solo la luna nueva le enreda la frente con una hebra de hilo.
-¿ a dónde vas Anabel- le pregunta la Luna.
-voy al pueblo a comprar hilo para mi madre, que mi traje de novia está cosiendo-.
.............El camino de la montaña es de la Luna, atraviesa el valle, Anabel. Mece el río las flores y moja tus pies cansados, aplasta la verde hierba con tu cuerpo blanco..............
-a la vuelta me darás una hebra-, le dijo la Luna, -que quiero hilvanar estrellas en mi negra cara-.
¡Ay Anabel, que la Luna viene a llevarse tu niño!.
Su deuda no pagó. Por el valle regresa, despreocupada, -luna-lunita hilo llevo y no te doy-.
En las noches de apagado carbón, Anabel no duerme, sus ojos como dos cirios o dos espadas velan al recién nacido.
¡Ay Anabel! que fue por la montaña y volvió por el valle.
2 comentarios:
Me ENCANTÓ!
Qué bonita y poética es tu tierra, luna!
Había escuchado que en el momento exacto de la Luna Nueva el parto puede fracasar, y supongo que a esto se refiere tu cuento...
Es precioso, no lo conocía y me ha motivado muchísimo. En mi caso nací en Luna nueva, al mediodía, un 26 de octubre del 73.
Flipé con tu cuento, desde luego eres mágica y estás henchida del embrujo de tu tierra.
Un abrazo!
Precioso luna... sabes?, no se porque absurda asociación de ideas, cuando te leía me ha venido a la cabeza la canción de mecano "hijo de la luna" (que me encanta). Un beso preciosa feliz lunes
Publicar un comentario