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domingo, 6 de octubre de 2013

NO EXISTO



No existo, soy una apariencia, un recipiente que otros llenan. Soy mi propia espera, todos mis ahora se igualan a cero. Me hallo perdida en un olvido, en un tiempo que se despeña silencioso, oscuro. Soy una ausencia, una mirada vacía, un corazón sin raíces, una vida que otros modelan y que yo acepto…no, no acepto, espero…..
¿Creerme cierta? pensarme o que otros me piensen, no me basta para hacerme cierta, tocar y tocarme, herir o herirme, no es suficiente. Pero si pudiese girar, encontrar un camino de regreso,  hallaría lo que mi alma y mis ojos reconocen como suyo y entonces, empezaría a sentirme cierta.

viernes, 23 de agosto de 2013

PENSARTE



Decido no pensarte…. el deseo, no vivido en el pensamiento, se achica y los besos asombran sin llegar a estremecer.
 Pensarte es darle rienda suelta a las emociones, agrandarlas en su repetición. Al pensarte te me naces del alma, te hago mío y me haces tuya. Pensarte es  añadir recuerdos a los olvidos, inventar futuros,  tocarte en la ilusión del espacio, hacerte real. Si te pienso acabaré creyendo que te amo, temblaré con tus besos, exigiré tus palabras… ¡Si te pienso te querré aquí y ahora!

sábado, 18 de mayo de 2013

CUANDO TE ACERCAS





Te acercas como si no vinieras a mí,
Como si tu pensamiento no me contuviera,
Como  si  el deseo no incendiase  nuestros cuerpos.
Pero te acercas y hablan,  nuestros cuerpos hablan,
Por debajo de nuestro decir se hablan,
Sordos a nosotros, los aparentes,
los fingidos.

martes, 12 de febrero de 2013

EL ADIOS

Cruzó los brazos sobre su vientre y se contrajo. El viento arrastraba las últimas hojas del otoño. A su alrededor, solo el eco del adiós persistía, obstinado en repetirse, copiándose a sí mismo en una interminable clonación. Con cierta ternura el hombre había acariciado su rostro. La mujer notó las arrugas de adentro y las de afuera y se aferró más a su vientre. Él, no se hallaba responsable de su pena. Ella apartó la caricia y el hombre con gesto resignado y el corazón repleto de indiferencia le dijo adiós. La mujer siguió aferrada a su vientre hasta que un dolor mudo la hizo caer de rodillas en la tierra seca y calló, clavó los dedos en la tierra y siguió callada, de pronto todos los soles habían envejecido ¿dónde los pájaros, el olor a jazmín de su pelo, el sabor de la canela y la hierba buena? La mujer, cerrando sus manos arrancó la tierra seca, apretaba más y más y la tierra hecha polvo huía llevada por el viento. Lo oscuro avanzaba por los espacios, por el tiempo finito que la acorralaba y a su alrededor solo el eco de una palabra sin sentido.