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jueves, 17 de septiembre de 2009

ANA y el tiempo



Bajó despacio del coche. Hacía años que nada la impacientaba. Las horas, las horas negras y todas las demás se las había tragado la noche, aquella noche en la que los ojos de Ana no pudieron perderse en el azul de Álvaro.
Los relojes, muertas las manecillas, se refugiaban en los cajones. Y un frío de ausencias escarchaba la alfombra y los pasillos. A Ana le llovía el pasado en su cama, gotas azules de te quiero, blancas de caricias, húmedas de placer, su cuerpo gimiendo en otro cuerpo. Una cama demasiado grande mojándole el alma y la almohada.
Ana bajó del coche, dejó caer la llave en el bolso y caminó despacio, todo el tiempo del mundo la aguardaba. Los cinco peldaños de madera se hicieron mil y su pie saboreó la eternidad, por un instante. Caminó sobre la arena fría de la noche, las estrellas parecían recién lavadas y las algas desconcertadas danzaban enloquecidas, brillantes en su dulce verde a sabiendas de que nunca jamás su dulce verde sería esperanza.
Ana se detuvo en la orilla como todas las noches. Su amado dormía el sueño de los peces y su corazón de sal buscaba el cuerpo de Ana. Pero Ana no tenía prisa. La urgencia del tiempo no la reclamaba. Algún día ella no dejaría de caminar de sentir la inmensidad del agua en su piel. Mañana. Mañana volvería. Anduvo sobre sus huellas de ida y vuelta, de vuelta e ida….No tenía prisa, tan segura estaba que él la esperaría hasta el fin de los tiempos.

20 comentarios:

silvia zappia dijo...

Ana dilata el tiempo para entrar al mar.Al fin y al cabo, para él ya no existe el tiempo.Cuándo será el tiempo de Ana?
Es tan sinestésico tu relato, que siento la arena fría bajo mis pies.
(y me gusta tu negrura

Marucha dijo...

Este muy bien trabajado este relato.Con ganas de haberlo escrito yo.
Gracias Anna por estas líneas tan como te diré, c-a-d-e-n-c-i-o-s-a-s

CANTO EN FLOR dijo...

En tres palabras:
Pre cio so.

Y el tiempo de Ana se diluía entre el mar y su recuerdo, siempre juntos, intemporal encuentro.

Un beso.

Luis (Flamel) dijo...

leer tu escritura tan transparente,me hizo sintonizar con una sensacion atemporal...

Seguire leyendo post anteriores.

Saludos .Desde Montevideo.Luis

PD:s`queres visita mi blog www.usaelreflejo.blogspot.com

Mercedes Pajarón dijo...

Tiene el ritmo hipnótico y suave de las olas de un mar en calma. Es delicado, frágil...¡Cómo me ha gustado!

Besos mil!

Adrianina dijo...

Muy suave relato que hace ver imágenes y escuchar sonidos.
Creo que a Ana se le detuvo el reloj de la vida como a Penélope...

Te dejo un beso grande y todo mi cariño.:-)

Unknown dijo...

Y habemos quienes nos impacientamos por segundos... debo cultivar la paciencia...

Buen relato!

Saludos!

LIRIO dijo...

La Añoranza.
¡Cuántas veces es ella, la añoranza, la que nos mueve!
Denota determinación tu Relato, pero sin prisas, sin presiones, una decisión que lleva tiempo madurando en su ser...
Es triste, pero paradójicamente también esperanzador leerlo, pues deja la esperanza de que los dos amantes se volverán a unir, y esta vez para siempre.

Un abrazo, Luna Azul

Unknown dijo...

qué relato lunaazul! por momentos me pensaba que era ana junto al mar.
besos querida

Alma Mateos Taborda dijo...

Excelente relato. Ha sido bello llegar hasta acá , hermoso todo. Felicitaciones! Un abrazo.

María Socorro Luis dijo...

El enigma del tiempo... Un texto para la reflexión.

Un beso cariñposo, linda. Soco

Rubén Lapuente Berriatúa dijo...

Reflejas muy bien la nostalgia.
Palabras que se me hacen imágenes.
Tú frente al mar.Yo frente a la belleza de esta Sierra.La pérdida
de un amor tiene su paisaje.
Besos
Ruben Lapuente

Taller Literario Kapasulino dijo...

Que maravilloso este relato. Realmente me gusto muchísimo!

Eduardo Galleguillos Castro dijo...

“Caminó sobre la arena fría de la noche, las estrellas parecían recién lavadas y las algas desconcertadas danzaban enloquecidas, brillantes en su dulce verde a sabiendas de que nunca jamás su dulce verde sería esperanza…”
En este fragmento te hiciste una con la naturaleza, con la esencia del mundo y el mismo tiempo. Verdaderamente me impacientaste, me dejaste una amargura deforme que excita a mis sentidos… , si que los excita.
Te felicito, me has brindado una melosa y sonora catarsis.

Anónimo dijo...

corazon de sal, eso para mi resume todo, gracias por pasar un beso!

Ricardo Rivera Vasallo dijo...

Hay veces que nos hacemos cómplices del tiempo. Es por eso que éste no actúa sin ser considerado; es por eso que luego del tiempo nos hacemos adictos al mismo tiempo.

Me gustó la homogeneidad de tu relato, y ese estremecimiento con los verdes peces que no vi, pero sentí en algún momento en que dialogabas con la naturaleza.

Saludos luna, me gustó mucho.
Abrazos.

brujita dijo...

Tu azul se perdió en el negro de las horas... Seguro que los peces pueden guardar su amor y aguardar por años una decisión de Ana.

Besitos volados.

Anónimo dijo...

Luces buenas imágenes, Juana. Creces como escritora. Tienes pies para calzar, sí!

ZenyZero dijo...

Si andas mirando al horizonte y te vuelves no verás tus huellas. Ese pasado que borra las olas, o la marea. Solamente el furor de la esperanza te sobreviene ante ti.

Muy bonito.
Un abrazo
Chuff!!

Dora Ku dijo...

Luna Juana: ¡con lo que me gusta la prosa y aquí me encuentro con una magnífica prosista!
Me encantó tu relato, está lleno de cadencia y sensualidad. Me gusta ese aire misteriosos que imprimes en tus letras y como desenvuelves poco a poco ese misterio, sin develar del todo tu intimidad.
Mi admiración y mi cariño: Doña Ku