No sé cuánto tiempo ha trascurrido, veinte, treinta años, no sé; solo recuerdo que era un día de invierno, una mañana de sol. Entré en el edificio de hacienda, tenía que entregar unos papeles, busqué la ventanilla adecuada y me puse en la cola, debía de haber unas quince personas por delante de mí, la espera fue larga.
Todo el edificio estaba iluminado con luz artificial. A mi derecha, a unos cincuenta centímetros de la cola, había una fuente de agua. Una fuente cuya base parecía una estrella hueca y en el centro una columna con los surtidores cerrados. Los cuatro brazos estrellados estaban llenos de agua, ninguna sombra se proyectaba sobre los mismos; el agua estaba tan quieta, limpia y transparente que si no hubiera sido por un pequeño pez, habría dudado de su existencia. Nada más había en la fuente, ni un recoveco, ni un agujero, solo un pez. Pasé creo que una hora mirando la fuente y el pez.
Esta mañana paseando vi una rosa. En un jardín de la calle, recién limpiado, perfectamente delimitado por una valla, solo había una hermosa y roja rosa. Me acordé del pez.
10 comentarios:
Hola Lunaazul!
Tu texto es bellísimo!Esa asociación de imágenes que estallan en recuerdos...una maravilla.
Aquí siempre encuentro lo que quiero leer.
Y muchas gracias por tu visita a mi zigurat.Me siento feliz de que mis silenciosas palabras te sirvan.
Un gran beso!
Gracias Rayuela, tu zigurat para mi es un remanso de paz un bello lugar al que ir.
Un beso enorme.
Lunaazul,muy bonito,me gustó mucho,te voy a recomendar un blog,se llama la ''La terapia de Rafaela'' confesionesenterapia.blogspot.com
Es de una psicologa que escribe articulos muy buenos,y seguro que a ti te gusta.
Un saludo.
Hola Jose Antonio, bienvenido, gracias por tu comentario. Seguiré tu sugerencia y visitaré el blog.
Un saludo.
Te veo Luna, allí plantada, entre el resto de gente y veo tu mirada ausente del asunto que allí te llevó¿lo recordarías? A mí se me antoja que por momentos se te olvidaba hasta el pez tranquilamente suspendido en su elemento, moviéndose lento y elegante sobre la estrella mientras tu mirada ensoñada lo seguía. El pez, sumergido en el agua, te sumergió en tí. Besos
Rio abajo parece que me conocieras. No, no puedo recordar que me llevó allí, pero estoy casi segura que tu estabas a otro lado de la fuente.
Un beso muy grande.
¿Te das cuenta de la belleza y la verdad de una escritura sincera y mágica?
Me encantó tu "sin título", hasta en eso has usado la metáfora.
Luna azul de límpido cielo, perfumes de azules que regalas en tus letras...
Estás y eres mágica, como siempre...
¡Besazos!
Hola querido Juan, ¡qué bella son las metáforas!. Sabes siempre he sentido que podría amar a cualquier persona que me regalase metáforas. Las adoro.
Muchos besos.
Ser consciente de las pequeñas cosas que hay a nuestro alrededor...es un milagro personal que cada cual debe buscar. Los días grises también tienen bonitos rojos que si te fijas...consigues ver. Enhorabuena por la percepción! me encantó tu blog...un beso
Hola Elisa bienvenida, gracias por tu comentario y por tu visita. Me alegra que te guste el blog.
Un beso.
Publicar un comentario